Conflictos de Latinoamérica fueron analizados en seminario internacional de Ciencia Política

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Académicos de diversos confines de América se reunieron a debatir y presentar sus investigaciones sobre conflictos y problemáticas que afectan a los países de la región. En el encuentro se analizaron temas como violencia, corrupción, narcotráfico y mercado, entre otros, y fue organizado por el Instituto de Ciencia Política UC.

Juan Pablo Luna, profesor del Instituto y uno de los organizadores, señaló que el objetivo de este seminario, denominado “Estado, democracia y conflicto subnacional de América Latina”, fue reunir a investigadores que estuvieran trabajando temáticas similares en diversos países. Se trata de “investigaciones que vinculan política institucional y formal con política informal y mercados ilegales, por ejemplo; problemas que usualmente se abordan de forma separada”, profundizó.

Otros tópicos presentes en los papers expuestos, explicó Luna, fueron desde contrabando, redes de extorsión en sectores sindicales y barras de fútbol, hasta la interacción que se produce entre los protagonistas de conflictos sociales y el Estado. En esta línea, uno de los casos analizados fue el boom de la minería en Perú y sus consecuencias.

 

Perú, un caso particular

Estado, mercado y conflicto social local durante el commodity boom”, fue el nombre una de las mesas de discusión donde se abordó el caso peruano como representativo a la hora de analizar una suerte de excepción a la regla de que un Estado se fortalece en épocas de crecimiento económico. Moisés Arce, académico de la Universidad de Missouri,  dio a conocer una investigación donde reveló las respuestas que ha dado el Estado frente al boom de recursos asociado al auge del oro. 

Este fenómeno, observó, probablemente se producirá también en Bolivia, Ecuador y Colombia, por lo que el caso peruano se puede transformar en un precedente. Arce profundizó sobre las diferentes razones sobre “por qué un boom puede traer malas noticias a un Estado”.

Explicó que un crecimiento acelerado implica cambios drásticos en la sociedad, por lo que aparecen problemas que un Estado debería ser capaz de enfrentar. Sin embargo, en el primer periodo del boom esto no ocurrió, de manera que sólo en el momento en que incidieron factores como la presión internacional de grupos ambientalistas, la internacionalización del tema y conflictos con la minería ilegal, fue imposible para el Estado ignorar el tema y se debieron tomar resoluciones. 

“En Perú existe hace tiempo la minería informal del oro, pero cuando el precio era bajo no era un problema general”, señaló Arce, quien manifestó que fue hasta 2002 que se creó un nuevo marco legal, el que finalmente se desbordó tras la llegada del boom.

Uno de los factores que condicionaron este desbordamiento legal se vinculó al alto grado de informalidad en la extracción. Específicamente, aclaró el académico, informal se refiere a una práctica que podría eventualmente ser formalizada, pero ilegal, es aquella que no podría serlo, por ejemplo, la extracción minera en reservas naturales. 

El ritmo de crecimiento fue tan alto, relató Arce, que el fenómeno en Perú se fue complejizando. Algunos de los problemas que comenzaron a producirse fueron por ejemplo, el enfrentamiento de instituciones del Estado, crímenes, esclavitud y explotación infantil.

Para concluir, el profesor resumió en tres etapas las reacciones del Estado a estas situaciones: inacción, extrema y compleja fiscalización a prácticas ilegales y finalmente -la más eficiente a su juicio-, aumento de presupuesto para una campaña de formalización.

Por su parte, el académico de la Universidad de Illinois, Chicago, Andreas Feldmann, presentó un paper realizado junto a Juan Pablo Luna y el académico de la UC de Perú, Eduardo Dargent. Puntualizó sobre el acertijo teórico que representa el Estado de Perú como excepción, pero mencionó que en Argentina se vivió un fenómeno similar con el boom de la soja.

El caso peruano, explicó, “tiene que ver con materias primas, reforma al Estado y en particular, con la descentralización”. Agregó que puntualmente, en este país hubo una bonanza muy marcada en términos de altas tasas de crecimiento, mayor ingreso estatal, disminución de la pobreza extrema y mayor acceso a agua potable, junto a un importante progreso en materia de educación. En este contexto, los elementos contradictorios de este progreso se han relacionado con baja aprobación presidencial en los últimos gobiernos y altas tasas de conflictividad social. 

El análisis de Feldmann estuvo dirigido a manifestar una relación entre los procesos extractivos de producción y las tasas de conflictividad, donde el ítem de seguridad ha jugado un rol importante a nivel de percepción social.

Feldmann expresó que “esto configura un cuadro interesante, donde en el contexto de un boom económico no se esperaría encontrar aumento en tasa de crímenes, alta conflictividad social, descontento y baja aprobación presidencial”. A la vez, señaló que se produce un fenómeno complejo, ya que el Estado coopera y compite en situaciones de ilegalidad de forma simultánea y es lo que ha sucedido también en México, ejemplificó, donde se buscó combatir a los carteles de droga, peor se comprobó que actores públicos también estaban involucrados.En este sentido, en Perú ocurren fenómenos similares donde se cometen delitos con alevosía, tal como sucede a nivel de las mafias de la construcción a partir del boom de las materias primas.

Sin embargo, resumió Feldmann, “es un fenómeno más complejo que implica entender al Estado como un ente en función de sus vínculos, es decir, de carácter relacional. Observamos al Estado de manera estática, pero evitamos ver qué tan fuerte es ese Estado en relación con los factores que lo desafían y en términos de su propio desarrollo”.

Tras la exposición de los papers, el académico del Instituto de Sociología UC  Nicolás Somma se refirió a algunos factores comunes y conclusiones que podían desprenderse desde su área. Se refirió a cómo en Perú aumentaron las protestas por las amenazas de la actividad minera y manifestó que en este caso se puede “apelar a la teoría de movilización de recursos, es decir, donde a mayor riqueza la gente se preocupa de aspectos no vinculados a aspectos materiales”.

Sobre las movilizaciones, explicó que se vivió un proceso de alta fragmentación política y apuntó que “hay estados que ante estas presiones no reaccionan. Que la gente se organice, salga en los medios y el Estado haga algo es algo que suena bastante bien en teoría”.

Finalmente, manifestó que en términos sociológicos ocurre que “cuando la sociedad se industrializa y hay crecimiento desproporcionado, la gente comienza a hacer cosas que antes no hacía”. De esta manera, invitó a considerar otros factores anexos que podrían conjugarse a la hora de explicar el aumento de las protestas, donde estarían en juego las percepciones subjetivas, el pesimismo hacia el futuro o guerrillas insurgentes, remanentes de Sendero Luminoso, entre otros. La pregunta sería entonces en qué medida estos ítems tan diversos responden a un mismo factor. 

Otros participantes de este espacio de discusión fueron Gustavo Duncan, Universidad EAFIT, Colombia; Alberto Fohrig, Universidad de San Andrés, Argentina; Eduardo Moncada, Barnard College, EE.UU.; y Jacqueline Behrend, Universidad Nacional de San Martin, Argentina. Desde la UC, estuvieron también presentes los académicos Julieta Suarez Cao, María Marta Maroto y David Altman.




INFORMACIÓN PERIODISTICA

Violeta Bustos Vaccia, periodista, vsbustosEsta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.