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Crimen organizado y narcotráfico: El Cono Sur de América ya no está al margen



El narcotráfico y el crimen organizado son una realidad emergente en los países del Cono Sur de América, que necesitan no solo de la atención de las autoridades de gobierno y de las entidades responsables de su control y represión, sino también requieren de investigaciones desde la academia que puedan dar cuenta de la envergadura de este fenómeno, de sus características, de los factores que posibilitan su desarrollo y también de la identificación de estrategias para enfrentarlo. 

El martes 8 de noviembre se realizó el Seminario Narcotráfico y crimen organizado en el Cono Sur: ¿Cómo abordar el fenómeno desde la política pública? , dónde se presentaron hallazgos de investigaciones y experiencias en Brasil, Uruguay, Chile y Argentina, desde distintos ámbitos y disciplinas. 

Carolina Sampó abordó las rutas de tráfico en Uruguay, Chile y Argentina, Benjamin Lessing presentó acerca del poder de las organizaciones criminales en Brasil y Gustavo Leal compartió las estrategia de intervención para retomar el control de  barrios uruguayos tomados por el narcotráfico. 



Carolina Sampó: Chile como nueva ruta y puerto no tradicional para el tráfico de cocaína en el Cono Sur

Carolina Sampó, doctora en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e investigadora CONICET en Argentina, abordó parte de su investigación “Rutas Contraintuitivas y Puertos no tradicionales de salida de cocaína: los casos de Argentina, Chile y Uruguay”. 

Desde 2013 en adelante, el movimiento de cocaína en la región ha sufrido un incremento significativo en la plantación de hoja de coca y en la producción de cocaína. La pandemia, por otro lado, hizo reducir los viajes pero produjo un aumento de toneladas en cada operativo. Según Sampo, esto ha llevado a las organizaciones criminales a buscar salidas alternativas a las que ya utilizaba (Brasil, Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia) y mirar hacia el sur como una nueva posibilidad. 

Es así como surgen rutas contraintuitivas para el tráfico de droga. Son nuevos caminos lejos de los países productores, que no están identificados claramente por las agencias de seguridad. Por lo tanto, levantan menos sospechas en aduanas y sufren menos incautaciones que las rutas tradicionales. Dichas rutas parecen antieconómicas, ya que implican un gran movimiento geográfico, y un mayor costo, pero lo que se prioriza es el bajo riesgo y el alto rendimiento. 

Si bien Europa se ha convertido en un espacio central de tránsito hacia el Medio Oriente y Asia, “el Cono Sur dejó de estar al marco de la dinámica de tráfico a nivel global”señala Sampó. Argentina, Chile y Uruguay se han vuelto países claves en este escenario porque son puertos con gran movimiento comercial, con menores controles y están localizados cerca de las áreas de producción y tránsito tradicionales. “No levantan alarmas”.

¿Cuáles son los incentivos que generan estos puertos para las organizaciones criminales? Para la investigadora, hay tres factores importantes: la porosidad de sus fronteras, la falta de control en los puertos y la posibilidad de explotar la falta de identificación del país con el narcotráfico. Esto se suma a factores facilitadores que hacen del Cono Sur una nueva entrada y salida de cocaína, puesto que: proveen menos riesgo, más seguridad y retorno económico; sus características geográficas; además de la debilidad de los Estados y la falta de cooperación entre agencias para frenar la problemática.



Benjamin Lessing: gobernanza entre Estado y grupos criminales. El caso de Brasil

PhD de la Universidad de California y profesor de la Universidad de Chicago, Benjamin Lessing presentó algunas reflexiones de su investigación “Leviatanes criminales: cómo gobiernan las pandillas desde la prisión”, donde aborda el caso de Brasil a partir del Comando Vermelho (CV) y el Primeiro Comando da Capital (PCC), dos grandes organizaciones criminales de ese país.

El despliegue de ambas organizaciones, nacidas en cárceles de Sao Paulo y Río de Janeiro, alcanza varias ciudades en casi todos los estados de Brasil, ejerciendo su poder y gobernanza criminal en la periferia y en la prisión.  

Para Lessing, Brasil es un “puzzle” interesante. Los estudios sobre crimen organizado señalan que este crece cuando el Estado está ausente. Sin embargo, Brasil no es el Estado más débil de América del Sur ni tampoco el país por donde cruza más cocaína. Las organizaciones más fuertes están en Sao Paulo, un Estado que tiene más capacidad que cualquier otro en Brasil. ¿Cómo se explica esto? pregunta Lessing. Para el investigador, la respuesta está en la represión estatal.

“La fuerza de represión del Estado incrementa el crimen organizado, ya que fortalece los grupos criminales que proveen gobernanza en Brasil. Ahora, ¿por qué el Estado no se reinventa, no aprende a reencaminar su fuerza represora?”. Según Lessing, el Estado brasileño no reacciona porque la gobernanza criminal es útil para controlar espacios que pocas veces gobierna, y explica: “La razón por la que los estados no ejercen el monopolio de la fuerza es porque son lugares donde no pueden llegar”. 

Por ejemplo, cuando el Estado encarcela a jóvenes de las favelas, las fuerzas que controlan la prisión repercuten su poder en la favela y controlan las calles. A su vez, si la prisión está controlada por un grupo criminal, la guardia (gendarmería) no necesita hacer tanto trabajo. Si un grupo criminal puede gobernar ahí,  el Estado retrocede. Para Lessing, esto hace que los grupos criminales tengan incentivos para gobernar. 

“La fuerza represora del Estado es de alguna forma una moneda de dos caras que tiene efectos contraproducentes. Se genera, entonces, un proyecto compartido de gobernanza por el Estado, quien ha decidido o dejado que un duopolio de violencia entre su autoridad y los grupos criminales”, sentencia el investigador.



Gustavo Leal: estrategias de intervención integral en zonas disputadas por el narcotráfico en Uruguay

Gustavo Leal, sociólogo, escritor y profesor de la Universidad de la República Uruguay, expuso “Estrategias de intervención integral en zonas disputadas por el narcotráfico: Lo que aprendimos en los gobiernos de izquierda en Uruguay entre 2005 y 2020”.

Como asesor y luego ex Director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior de Uruguay, Leal lideró una serie de operativos de seguridad que desde fines de 2017 en adelante se desplegaron en barrios críticos de Montevideo para hacer frente al narcotráfico y el crimen organizado. Leal compartió parte de sus reflexiones sobre la experiencia y los aprendizajes, no solo de la policía y las autoridades, sino también de los narcotraficantes. 

“Primero, no podemos discutir lo que pasa con el narcotráfico sin discutir con la política pública de seguridad. Pero lo opuesto a la inseguridad no es un plan de seguridad, sino una estrategia integral de convivencia. El problema de la inseguridad no es solo la delincuencia, sino es la intolerancia de la violencia que existe en la sociedad. Se tiene que plantear la convivencia como solución, debe ser el centro de la estrategia de la política de seguridad y de policías”, fueron sus palabras iniciales.

La estrategia de intervención en el barrio Casavalle, específicamente en el sector Los Palomares donde había  540 departamentos controlados por la banda “Los Chingas”,  tuvo 18 líneas de actuación para recuperar el espacio público. En aproximadamente un año y medio, se aplicaron medidas que tenían como ejes: comprender la seguridad como un derecho humano, levantar una estrategia integral de gobierno que tuviera como pilar la cultura ciudadana, una política de equipamiento, armamento y tecnología para la policía  coherente con las necesidades, y un trabajo coordinado con la policía con objetivos y alcances precisos. 

Entre los aprendizajes de la intervención, el investigador destaca que hay que buscar aliados dentro de la policía y no reformar en su contra, ser empáticos con los reclamos de la ciudadanía, no subestimar los problemas de seguridad y disputar el espacio al crimen organizado a través de la construcción de capacidad estatal. Al igual que los narcotraficantes, señala que se debe invertir en las soluciones, construir alianzas territoriales y conformar carteles que permitan superar nuestras diferencias en torno a un propósito común: una mejor convivencia. 

El seminario Narcotráfico y crimen organizado en el Cono Sur: ¿Cómo abordar el fenómeno desde la política pública?  fue organizado por el investigador VioDemos y académico de la Escuela de Gobierno UC Juan Pablo Luna, quien además dirige el proyecto FONDECYT: ¿Corrupción, violencia o ambas? La economía política del crimen organizado en escenarios de “baja violencia” (1190345). En este proyecto participa también  Carla Alberti, investigadora VioDemos y profesora de la Escuela de Gobierno, quien comentó las presentaciones e hizo preguntas a los expositores. 



FUENTE: Comunicaciones VioDemos

 

Revive a continuación el Seminario Narcotráfico y crimen organizado en el Cono Sur: ¿Cómo abordar el fenómeno desde la política pública?: