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Profesor David Altman publica columna de opinión en diario El País de España

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Bajo el título "Votar hasta lograr el resultado",  es la columna de opinión que escribío recientemente el profesor David Altman en El País de España, donde analiza como el abuso de los plebiscitos se ha convertido en América Latina en un síntoma de la debilidad institucional

Los plebiscitos tienden a utilizarse en diferentes rincones del mundo como un instrumento de poder, y no de democracia. En contextos autoritarios, se emplean como señales de fuerza, para adular a los líderes y mostrar capacidad de movilización de la gente (como claro mensaje dentro y fuera de las fronteras). En regímenes semidemocráticos sirven para esquivar los pesos y contrapesos clásicos, generalmente otros poderes del Estado molestos, como los parlamentos o el poder judicial. En contextos democráticos, en cambio, los plebiscitos responden a los deseos de alguien de ahorrarse una decisión costosa, como instrumento de desempate entre poderes o para apaciguar a la política interna del partido o coalición gobernante.

Ciertamente muchos analistas señalan que en América Latina los votos populares orquestados por las autoridades conducen al cesarismo y al debilitamiento de las instituciones republicanas. Concuerdo plenamente en que existe una relación entre ambos, salvo que invertiría la causalidad: el tener instituciones republicanas débiles es, en general, una condición para el uso perverso de los plebiscitos. Cuando todo el poder del Estado se concentra en una reforma política determinada, difícilmente una consulta popular frenará el objetivo planteado. Todavía recuerdo perfectamente cuando el presidente venezolano Hugo Chávez perdió su apuesta por la reforma constitucional que le permitía la reelección en 2007. En la mismísima noche en que se conocieron los resultados, anunció que iba a repetir su intento “tantas veces como fuera necesario”... como sucedió a principios de 2009.

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Fuente. EL PAÍS, de España.



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