El mapa político de Cuba sin Fidel Castro

2016 11 30 Fidel

La muerte del líder revolucionario plantea una serie de interrogantes, como si existirá una apertura del régimen o si se alzarán nuevos liderazgos en la isla. Académicos de la UC han asistido a medios de comunicación para abordar este tema. Desde Ciencia Política e Historia, los investigadores Ivette Sosa y Fernando Purcell respectivamente, se refieren al fallecimiento de la icónica figura del siglo XX.

 

La reciente muerte de Fidel Castro, quien recibió su último homenaje en la Plaza de la Revolución, ha conllevado una serie de análisis e interrogantes a nivel histórico y político. La extrema alegría y la profunda tristeza reflejada fuera y dentro de Cuba, dan cuenta del carácter opuesto de las visiones que surgen en torno al líder de la revolución isleña. 

La investigadora cubana del Instituto de Ciencia Política UC, Ivette Sosa, quien ha asistido a diversos medios de comunicación, ha manifestado que más allá de los análisis maniqueístas, es indiscutible el rol de Castro en cuanto a su aporte en materia de derechos sociales, sin dejar de considerar las críticas respecto del ámbito de los “derechos humanos y políticos”, y agrega que “él cambió la forma de ver la democracia en América Latina”. 

Sobre lo que se espera en Cuba a nivel de poderes políticos tras la muerte del líder revolucionario, Sosa asegura que el régimen ha sido bastante hermético a la hora de definir sucesiones. Sin embargo, explica que es posible observar “una reconcentración de rasgos patrimonialistas en la renovación de la elite”

Para ejemplificar al respecto, señala que en torno a Raúl Castro –quien asumió en 2006-, se percibe una concentración de amigos y familiares anclados en el poder. “En su entorno están sus dos hijos, el ex yerno y el nieto, que ocupan cargos y puestos importantes, más otros miembros históricos y cercanos de los militares. Los militares mantienen la concentración del poder político”, argumenta. 

Por otro lado, Sosa se refirió a la reacción de líderes latinoamericanos tras el acontecimiento. La delegación de presidentes que asistió para despedir al comandante estuvo conformada por quienes se podía esperar -líderes de izquierda-, aseguró, entre ellos, Rafael Correa, Nicolás Maduro y Evo Morales. 

Sobre este aspecto, el académico del Instituto de Historia UC, Fernando Purcell, expresó que se generó un “lineamiento político regional, pese a que la gran mayoría de los países considera que su régimen hoy está obsoleto en cuanto a principios políticos que se buscan imponer”. 

Purcell agregó que pese a que hay países que “con orgullo hacen un homenaje a su legado izquierdista, hay mucha precaución diplomática, aunque quizás muchos quisieran ir en su fuero interno”. El historiador también se refirió a otros ámbitos vinculados a cómo será recordado este hecho histórico y si efectivamente el 2016 podría ser recordado universalmente como el año en que ganó Donald Trump y murió Fidel Castro.  

¿De qué manera concreta puede cambiar el mapa político de Cuba sin Fidel?  

El mapa político cambia porque si bien la apertura viene manifestándose desde el levantamiento del embargo comercial desde Estados Unidos, el peso simbólico de lo que representa Fidel es muy potente. Se genera un escenario distinto, pues se produce un aceleramiento de la transición cubana hacia comunismo postguerra fría. Fidel era una carga simbólica que funcionaba como contención a cambios radicales. Si bien, la familia de Castro se perpetúa en el poder, la desaparición del patriarca de este clan podría despertar nuevos liderazgos: personas influyentes con ambiciones políticas y de poder. Lo anterior, sucedió en la URSS tras la caída del muro de Berlín, por ejemplo.

¿Cuáles serán los grandes temas a considerar cuando se hable del legado y de las críticas a Fidel?

Es indudable que en materia de educación y salud su régimen conllevó importantes aportes. Desde una perspectiva de la izquierda además, hay un legado porque dejó un modelo exitoso de revolución en América Latina. Esto tiene que ver con un ejemplo que perdurará en el tiempo: sí se puede. Es un legado político, de ideales, de lucha contra el capitalismo.

También hay un tema de colaboración hacia países subdesarrollados emergentes, en África por ejemplo, en el ámbito educativo, de salud y productividad agrícola.

Por otro lado, respecto de las críticas, protagonizó una dictadura, independientemente de que se intente rescatar el trasfondo de la revolución cubana, pues su régimen ha implicado restricciones a la libertad de prensa y de expresión, entre otros aspectos. 

A nivel histórico, ¿2016 será recordado como el año en que murió Fidel y ganó Trump?

Será también recordado como el año del encuentro y apertura entre Barack Obama y Raúl Castro. Sin duda el triunfo de Trump y la muerte de Fidel representan circunstancias muy potentes, pero de aquí en adelante las interrogantes serán hacia donde se dirigirán estas fuerzas históricas. Hay que esperar.



INFORMACIÓN PERIODÍSTICA


Violeta Bustos, periodista, Dirección de Prensa UC